Corrían los días del mes de agosto del
año 2010 y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), amplio ganador
de la elecciones congresuales y municipales, estaba conminado a buscar
el sustituto de la incumbencia de una de las alas del primer poder del
Estado: la Cámara de Diputados, ya que el titular de los últimos cuatro
años pasaría a ocupar un escaño en el Senado de la República,
representado a la provincia de Santiago.
Dentro de los aspirantes a ocupar esa
alta posición, resaltaba la figura de un destacado joven, pero al mismo
tiempo veterano legislador, y que juraría por tercera ocasión como
representante de la Hidalga de los 30 caballeros. Su nombre, Abel
Martínez.. De inmediato comenzaron las conjeturas, muchos fueron los
criterios divergentes acerca de si, podría o no hacer una gestión que
llene las expectativas de ese importante órgano legislativo.
Una vez reunido el Comité Político del
PLD, y teniendo entre los puntos agendados el conocimiento de quien
debería ocupar la Presidencia de la Cámara de Diputados, al ser sometida
la propuesta, y prácticamente a unanimidad, fue seleccionado el
prometedor congresista, representante de la Circunscripción 1 de
Santiago.
Llegado el momento de su nueva
juramentación, al mismo tiempo juró como Presidente de la Cámara Baja.
Inmediatamente cayeron sobre sus hombros grandes retos en el orden
gerencial-administrativo, y en el ámbito legislativo, especialmente por
lo establecido en la Constitución del 26 de enero de 2010. Además, y
por mandato constitucional, la creación, adecuación y modificación de
cientos de leyes. Incluyendo las disposiciones constitucionales del
artículo 112, que establece mayoría calificada en el procedimiento de
aprobación de las leyes orgánicas, según su regulación: Tarea nada
fácil.
A los pocos días comenzaron las
primeras pruebas, por ejemplo la Ley Orgánicas del Tribunal
Constitucional y los Procesos Constitucionales, la Ley del Tribunal
Superior Electoral y la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo. Siendo
necesaria para su aprobación la dos tercera parte de los presentes,
esta cuota no se lograba con su bancada y aliados, por lo que la
situación puso a prueba su liderazgo, madurez política y capacidad de
concertación.
Poco tiempo después, nace el movimiento
cívico ciudadano ¨por una educación digna¨ o voces amarillas, que
procuraba obligar al Congreso Nacional incluir en la Ley de presupuesto
General del Estado del año entrante el 4% del PIB en la educación
pre-universitaria; temas manejados con gran destreza, profesionalidad y
vocación democrática
Entre sus objetivos, descritos en su
discurso de toma de posesión, el Presidente Abel Martínez se proponía
organizar y disciplinar la Cámara de Diputados, en cuanto a reducir
considerablemente la nómina, el saneamiento del gasto, cambiar la imagen
institucional y hacer más efectiva esa rama del Congreso Nacional. Se
detectaron irregularidades en la Cooperativa de Servicios Múltiples para
empleados y en un organismo que funcionaba al margen del control
institucional, llamado ¨Parlamento Juvenil¨ y que en una investigación
salió a relucir una franca usurpación del nombre de este organismo
legislativo. Al conocerse de las debilidades existentes, el Presidente
Martínez no escatimó esfuerzos para acudir a las autoridades judiciales,
con el fin de sancionar a los responsables.
La principal carta de presentación de la gestión del Presidente Martínez
Durán se basa en la transparencia y legislar con los oídos en el
corazón del pueblo, con su lema ¨legislando por una cultura de paz¨.
En su labor legislativa se destacan los
esfuerzos por aprobar leyes reclamadas por años por diferentes
sectores, tales como son la biodiversidad, la de la protección del medio
ambiente, la del no abuso de los animales, la que protege a los
envejecientes, la que modifica el código del menor para endurecer las
penas, así como la modernización de nuestros códigos el penal, civil, y
de ambos procedimientos, y muchas otras de vital importancia para el
país.
La participación del Presidente
Martínez en el Consejo Nacional de la Magistratura, despertó favorables
comentarios por su manejo extraordinario que lo catapultó como un
jurista de respeto en el ámbito legal. Un gesto bien ponderado lo
constituye su renuncia formal a la exoneración que legalmente le
correspondía para el periodo 2010-2012, y a las tarjetas de crédito para
sus gastos de representación.
Además, salir del país en solo dos
ocasiones en viajes oficiales en clase normal, y ser un hombre sencillo,
sin el uso de parafernalias. Otro aspecto a destacar lo constituye la
buena forma de como manejó la inducción de los nuevos integrantes al
Hemiciclo, que son los representantes de la diáspora dominicana en el
exterior, escogidos en la elecciones del 20 de mayo y juramentados el
pasado 16 de agosto.
Como si todo lo descrito anteriormente
fuera poco, el Presidente Martínez, en ocasión de la celebración del 168
aniversario de la proclamación de nuestra primera constitución, puso a
disposición de la niñez dominicana, en procura de conseguir una
verdadera educación integral de nuestros infantes, ¨la Constitución
Dominicana Infantil¨ la cual busca promover los derechos y deberes
fundamentales, enseñar el valor del respeto a los símbolos patrios, y la
organización del Estado. Esta iniciativa del Presidente Martínez, hoy
concita los más favorables comentarios, a los que nos unimos por
considerarla oportuna y vital en estos decisivos momentos que vive
nuestra nación y el mundo.
No cabe dudas que el apego a la
constitución y a las leyes en sus actuaciones, su firmeza, su ejercicio
democrático, sus dotes de conciliador, disciplina institucional y
partidaria, y su austeridad a toda prueba, ya lo identifican. Su
impronta no tiene precedentesy su legado difícil de emular.
Si me dieran la oportunidad de evaluar
esta gestión en una escala del 1 al 10, por lo dicho anteriormente,
fácilmente se deduciría que obtiene la máxima puntuación, pero de manera
democrática me permito que sea usted que lo haga……. A votación ……
Voten…. Voten… Voten…….. A.P.R.O.B.A.D.O.
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