Relanzan último álbum de Abba con material inédito

La reedición de lujo de The visitors celebra sus tres décadas e incluye primer tema inédito desde 1994. Fue el primer CD en fabricarse.

por Cristóbal Fredes

 


No es el mejor, ni el más famoso disco de Abba. Sí uno de los más interesantes y singulares, por el momento en que fue concebido y cómo éste repercutió en la música del que fuera el grupo de pop más exitoso de su tiempo. A comienzos de 1981, la agrupación entró al estudio con ambas parejas ya separadas -lejos quedaba esa imagen de dos matrimonios felices, uno de los activos del cuarteto-, y pese a que entonces declararon que aquello no afectaría mayormente los destinos de la banda, lo cierto es que no fue así.
Para bien y para mal. Para bien, porque The visitors -indudablemente influido por la rareza del ambiente- con su pop más oscuro, barroco, melancólico y complejo que el que ostentaban sus siete álbumes predecesores, terminaría por darle un aire completamente nuevo a su catálogo. Y para mal, porque a la postre significaría el último trabajo de los de Suecia y el punto final para una de las asociaciones más fructíferas que ha conocido la música pop. Hace 30 años Agnetha, Björn, Benny y Anni-Frid -Abba- anunciaban “un descanso”. Elegante eufemismo para referirse a una separación.


La reedición de The visitors -la cuarta, a estas alturas- pone sobre la mesa nuevas excusas para volver sobre ellos, sobre todo cuando los motivos son más vistosos que los de siempre. Se trata de una Deluxe Edition, tal como ha sido la tónica cada vez que un disco importante de los suecos sobrepasa las tres décadas, aunque por primera vez en casi 20 años la reedición está justificada, además, con material inédito. Y no por el DVD con rarezas y presentaciones de televisión que lo acompaña, sino por la publicación de un inédito track. Se trata de From a twinkling star to a passing angel, un corte de nueve minutos y una suerte de medley de tomas de la banda tratando de dar con el arreglo adecuado para una de las canciones de The visitors (Like and angel passing through my room). Una desilusión para quienes pensaban encontrarse con una canción inédita hecha y derecha, pero material más que valioso si se buscan evidencias de lo perfeccionistas que eran, en el proceso, estos célebres artesanos del pop.
Sin proponérselo, la vuelta de The visitors a las estanterías funciona también como el trigésimo aniversario del disco compacto. Fue el primer CD en ser fabricado en la historia, en 1982, en una fábrica de Phillips, en Hannover, Alemania (un honor que, según algunas fuentes, es compartido con un disco del chileno Claudio Arrau). The visitors había sido grabado y mezclado en digital, así que su elección para ser el primer Compact Disc de la historia caía de cajón. Un formato que hoy es víctima de un doble ataque -el de los archivos digitales y el de la resurrección del vinilo- y del que no es seguro que pueda sobrevivir. Un padecimiento que, por cierto, nada tiene que ver con Abba y su pop eterno.