El complejo de artistas para hacerse llamar “Jefe” y el daño que ocasiona

Jefe, Según (Wikipedia) es un supervisor, encargado o superior, es una persona que en una oficina, una empresa, una corporación, gobierno, club u organismo, está autorizado a dar ordenanzas a sus subalternos, y se encuentra en un puesto superior en la jerarquía.

Por: Agustín de la Cruz (Sugar)

Nueva York -Utilizar nombres artísticos es una práctica común entre los artistas sobre todo en quienes apenas comienzan a dar sus primeros pasos en el complicado e impredecible mundo de la música.

“EL Mayimbe”, “El Buenon”, “El Canario”, “La Diva”, “El Torito”, “El Pelao”, “El Chivo”, “El Zafiro” “El Cuco”, “El Chaval”, “La Voz más Alta”, “El fuerte”, “El salsero de ahora” en fin no terminaríamos hoy de hacer mención de los diferentes nombres que utilizan nuestros artistas, algunos rayan en lo ridículo, otros apuestan a lo vulgar, pero lo que importa es hacerse notar.

A la hora de elegir, el cómo artísticamente hacerse llamar un artista debe tomar en cuenta muchos factores que influyen en bien y/o en mal, pues existen nombres artísticos que nada tienen que ver con la personalidad o incidencia del artista en el mundo de la música.
A nuestro entender y de manera comprobada el más dañino de todos es el término “Jefe y/o Jefa” las razones podrían ser varias, en nuestra historia dominicana existió un dictador que se hacía llamar “El Jefe” criminar, tirano y odiado por generaciones hasta la fecha.

Pero además en cualquier ámbito social no hay cosa más odiada que un jefe, en definitiva a nadie agrada la idea de tratar con personajes con aire de grandeza, ni que le hagan pensar que es inferior, independientemente de que todos quisiéramos ser el que manda y/o el mejor.

No recordamos a ningún artista que haciéndose llamar “El Jefe o La Jefa” haya logrado la simpatía del público y transcender en la música, lo mismo ocurre con otros nombres que dejan mucho que decir y poco que desear.

El Jefe de la Bachata fue un nombre que se le ocurrió a un “Camarón” y desde entonces no se le ha vuelto a pegar ni un chicle del zapato, pero lo mismo ocurre con el merengue y el mambo, tenemos algunos artistas del género de la güira y la tambora que continúan fracasando al auto nombrarse “Jefe”

Insisten e insisten sin percatarse que la fiebre no está en la sabana, el nombre artístico es tan importante como el tema que elija para promoción y si la primera impresión es la que cuenta deben tratar de no vender la imagen de ser arrogantes a través del nombre artístico.