Flores de un dia

Por: josephcaceres.net

Algunos cantantes tradicionales expresan sus quejas y se sorprenden por la facilidad conque hoy día emergen nuevas figuras en el arte, que se hacen populares de la noche a la mañana, sin agotar procesos ni esperar turno.

Lo que a ellos le ha costado toda una vida de esfuerzos, trabajo y sacrificios, de repente aparece un muchacho “de patio”, sin formación alguna, que emerge de manera repentina y de buenas a primeras se convierte en figura.

Si bien es cierto que eso ha venido ocurriendo en los últimos tiempos, no menos cierto es que esos denominados “fenómenos de popularidad” no pasan de ser “flor de un día”.

La gente está consumiendo música chatarra, igual a como sucede con la comida de la misma denominación.

Lo hace de manera ocasional, porque en el fondo sabe que lo que consume no es tan puro, energético, ni tiene la calidad ni los nutrientes de otras propuestas más saludables y auténticas.

Ello explica que con una facilidad asombrosa así como los consumen, los desechan.



Se consumió el denominado “merengue de mambo”, y luego lo mandaron a la basura, junto a algunos de sus exponentes, que inclusive ganaron premios.

Lo mismo ocurre con ciertos salseros, como El Clasicom, que el año pasado popularizó una apología a la infidelidad, como el denominado “A la tipa le dió pa’ mí”, que al parecer por donde entró se fue.

Y qué me dicen del “boom” de Amara La Negra, que después de su “Ay, ay, ay” y sus movimientos vulgares, el público por lo que se advierte también parece haberla desechado?

Donde está “Palito de Coco” y Franshesca la niña “sin ánimo”?

Estoy citando nombres, no fabulando.

Así que, si de algo esto le puede servir de consuelo a los tradicionales de la música que se quejan por el inmediatismo que hay en estos tiempos con las figuras del arte que se hacen de la noche a la mañana y que luego desaparecen, gracias deberían dar ellos, de que aún se mantienen vigentes, a través del tiempo, aunque sea empujando, pero ahí están.

Lo bueno se mantiene a través del tiempo, y a veces se hace eterno…