Los errores de los triunfadores son el consuelo de los perdedores.

 

 por Humberto Olivieras

Los errores de los que triunfan es el precio que pagan por atreverse a actuar y ser innovadores y originales; a su vez las críticas a esos yerros por parte de quienes prefirieron la comodidad del anonimato es el gran consuelo de su apatía, o de su cobardía.

 Así que cuando emitas críticas a un triunfador(a), revisas tres cosas, tus testículos, tus ovarios y también, por qué no, tu cociente cerebral. (Yo frecuentemente me examino los primeros, y no precisamente por posibles glándulasancerosas.                                                                                                                                                                          Para triunfar se necesitan tres cosas: talento, preparación y coraje. Pero si careciera de las dos primeras y cuando menos poseyera coraje, alégrate, no te desanimes, que millones han logrado el éxito con sólo esta condición. Ejemplos: Ni Ricardo Arjona ni Alejandro Sanz poseen voz de cantante ni talento para componer canciones de valor estético, y sin embargo son famosos y millonarios. Y lo mismo podría decirse de Paulina Rubio; y en sus respectivos campos sucede igual con Miguel Vargas Maldonado, Nicolás de Js. López Rodríguez, Hipólito Mejía, Raúl Castro, Antonio Silvestre Fernández e innumerables personas más.

    

Así que si solamente posee coraje, lánzate a la empresa que te atraiga, y si todavía muriera en el intento, alégrate en tu último suspiro, ya que concitará el llanto de tus íntimos y la atención de a quienes en vida les era indiferente. Ya ve, logras terminar  en un escenario social, que al fin y al cabo es lo que todos anhelamos.

Si cree no tener mayores cualidades, sed atrevido como todos esos personajes nombrados. Naturalmente que ninguno trascenderá la Historia, salvo un par de líneas en algún 
diccionario, pues todos termnarán en el zafacón del tiempo.