Moviesuite Por: José D" Laura
Los Estados Unidos de América tienen una mancha en su historia imposible de borrar de la conciencia colectiva de esa nación: la esclavitud a que fueron sometidos miles de africanos (hoy reproducida enotros nacionales) que deja sus huellas hasta el presente en la discriminación y la xenofobia que todavía se observa.
Curiosamente, aunque esa parte de su historia es tan importante para entender la sociedad norteamericana de hoy, no ha tenido muchos títulos que la recreen con la emotividad dramática que ha logrado el británico Steve McQueen en 12 años de esclavitud.
El gran reto de McQueen era mostrar sin excesos pero con precisión, algunas de las terribles experiencias vividas por Solomon Northup, secuestrado en New York y vendido como esclavo, experiencias narradas en su libro 12 years a slave. A partir del libro, John Ridley ha hecho una adaptación que le ha valido el Premio Oscar al mejor guión.
El gran logro de McQueen es que 12 años de esclavitud nos duele como lección de historia que nos lacera el alma ante tanta ignorancia e injusticia.
Nos duele tanta crueldad exhibida por los señores del sur esclavista, quienes trataban a sus siervos peor que a sus bestias, sin ningún tipo de consideración, ni siquiera con el fruto de sus apetitos sexuales.
Nos duele cada latigazo a Patsey (Oscar para la debutante Lupita Nyong’o) porque las llagas en su espalda son la más evidente de las señales del futuro poco promisorio y sin esperanzas que les agobia, que les quiebra la fuerza de voluntad.
Nos duele incluso la fe usada como instrumento de sumisión, esos sermones ideológicos para justificar lo injustificable, con tan sólo espacio para cantar un blues en cualquier entierro.
McQueen ha logrado un notable desempeño de su elenco de ensueño: Chiwetel Ejiofor, Brad Pitt, Paul Dano, Paul Giamatti, Benedict Cumberbatch y su actor-fetiche Michael Fassbender, quien ha protagonizado los filmes anteriores del director: Hunger(2008) y Shame (2011).
El Oscar como Mejor Película para 12 años de esclavitud funciona entonces como formidable mea culpa de la Academia de Hollywood para la mancha histórica, pero también para Steve McQueen, uno de los directores más estimulantes del cine contemporáneo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario