Los Ángeles CA.- Las zapatillas rojas de Dorothy, la armadura de Darth Vader o el vestido blanco de Marilyn Monroe cohabitan junto con otras 150 piezas en la exposición “Hollywood Costume”, un tributo a la magia del cine a través de su vestuario.
La muestra, que se inaugura este jueves y permanecerá abierta hasta el 2 de marzo, es la primera organizada por la Academia de Hollywood en el espacio que se convertirá en el principal museo de cine de la ciudad en 2017.
“Esta exhibición es nuestra rampa de lanzamiento”, dijo el director del museo, Kerry Brougher, durante el acto de presentación. “Queremos marcar nuestro territorio como el lugar donde tendrán lugar fabulosas exposiciones sobre la historia de la industria cinematográfica”, añadió.
Al evento acudieron figuras como Zoe Saldaña, Diane Kruger y Michelle Monaghan , entre otros. “Celebraciones como esta me hacen recordar que fui parte de algo muy especial”, confesó Saldaña en referencia a la presencia en la muestra de “Avatar”, la película de mayor recaudación en la historia.
El cine clásico y el moderno se funden en “Hollywood Costume”, donde el glamour y lo mundano también van de la mano independientemente del género.
Ads by Rewin Cinema 1.1×Así, el espectador se puede recrear con el bastón de Charlie Chaplin en “The Tramp” (1915), el paraguas de Julie Andrews en “Mary Poppins” (1964) y la boina de Faye Dunaway en “Bonnie & Clyde” (1967), así como con el esmoquin de Daniel Craig como James Bond, el mono amarillo de Uma Thurman en “Kill Bill” (2003), la cazadora de cuero de Brad Pitt en “Fight Club” (1999) o la sudadera de Jesse Eisenberg en “The Social Network” (2010).
Y la lista sigue: el traje blanco con el que John Travolta se contoneaba al ritmo de “Saturday Night Fever” (1977), el vestido rojo de Julia Roberts en “Pretty Woman” (1990), la gabardina de Warren Beatty en “Dick Tracy” (1990) o el insinuante conjunto que lucía Sharon Stone en “Basic Instinct” (1992) en un cruce de piernas para la posteridad.
España aporta su granito de arena con la bombona de aire comprimido y la vestimenta de Javier Bardem en “No Country for Old Men” (2007).
“Me encanta su personaje, es la quintaesencia del villano”, dijo a Efe Deborah Nadoolman Landis, comisaria de la exposición.
“Era realmente satán. Y aunque simplemente lucía una chaqueta, una camisa, vaqueros y botas, su personaje tuvo un enorme impacto en la pantalla. Era inusual y terrorífico. En la exposición lo situé al lado del Drácula de Coppola porque sentí que era el tándem perfecto: Drácula y el diablo”, sostuvo.
Nadoolman, esposa del cineasta John Landis, es creadora del “look” de Harrison Ford en Indiana Jones, una de las piezas más codiciadas en esta muestra, exhibida previamente en Londres en 2012 y ahora actualizada con vestuario de obras como “Dallas Buyers Club”, “Django Unchained”, “American Hustle” o “The Amazing Spider-Man 2″.
En “Hollywood Costume” existe también un rincón dedicado al vestuario de películas de época donde las prendas de Bette Davis, Judi Dench y Cate Blanchett en “The Virgin Queen” (1955), “Shakespeare in Love (1998) y “Elizabeth” (1998), respectivamente, comparten escenario.
Tampoco falta una zona dedicada a los superhéroes, encabezada por Christopher Reeve surcando los cielos de la exposición con el traje de Superman.
Asimismo, hay un espacio dedicado a personajes interpretados por Meryl Streep, actriz ganadora de tres premios Óscar que de joven fue estudiante de diseño de vestuario.
La intención de la Academia de Hollywood es recordar al espectador la importancia que tiene el vestuario en la creación del séptimo arte y cómo ayuda al público a sentirse identificado con los personajes. Como indicó a Efe la diseñadora Sandy Powell, “casi cada vestido creado para una película tiene su propia historia”.
Para conseguir una experiencia más auténtica, los maniquíes cuentan con el rostro del actor insertado digitalmente, y las piezas mostradas tienen el apoyo de guiones, bocetos y escenas de las películas que ayudan a entender la influencia del vestuario en el resultado final de las historias.
“Tardamos cinco años en coordinar la exposición. Hubo que encontrar el vestuario y diseñar todo de forma que fuera emotivo, no quería que fuera como un desfile de moda. Pero creo que el resultado final merece mucho la pena”,
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