Los intérpretes de merengue vuelven a reunirse en procura de encontrar fórmulas que le permitan al merengue recuperar espacios pérdidos, según se ha dicho.
Y lo hacen desde una perspectiva hasta cierto punto inorgánica, como es la de buscar soluciones fuera, y no dentro, procurando por lo visto mantenerse en su “zona de confort”.
Emprenden una peregrinación tocando diferentes altares, entre ellos el gran templo del Estado, ante el cual se arrodillarán para hacer peticiones absurdas, como la de que se les permita operar una emisora de radio para difundir merengue, olvidando aquello de que “una sola golondrina no hace verano”. Lo curioso es que mientras hay exponentes del merengue que “se rasgan la vestidura” y se “desnudan”, para poner de relieve la mala situación en que se encuentra el género en el interés y el posicionamiento del público, hay intérpretes del género como Héctor Acosta y Miriam Cruz, que se mantienen con una agenda llena de compromisos y actividades en el ámbito local e internacional, para los cuales al parecer la crisis no existe.
Presentes en los grandes eventos de estadios, teatros, salas de baile, en la radio, con una corriente de público permanente, por lo que bien harían los merengueros de la peregrinación en hacer una paradita en esa estación, para ver que están haciendo Héctor Acosta y Miriam Cruz, para mantener presencia y preferencia permamentene, en el interés de la gente.
Ahí está.
Arte Nacional por Joseph Caceres
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