Jennifer Lawrence y Chris Pratt. Fuente externa.
Son jóvenes, talentosos, apuestos y muy poderosos. Jennifer Lawrence y Chris Pratt, han sido seleccionado como los actores más poderosos de Hollywood, aunque no reciben ingresos multimillonarios como otros menos influyentes.
Dos de los rostros con más poder en la gran pantalla en estos momentos son Jennifer Lawrence, estrella absoluta con la que todos los directores están deseando trabajar, y el nuevo héroe del cine Chris Pratt.
Ambos han sido contratados para protagonizar la cinta «Passengers». Sony Estudios se atreve con este blockbuster, que estuvo en la cuerda floja durante varios meses, tras el exitazo de Pratt con «Jurassic World».
Esta franquicia de ciencia-ficción confirma que Lawrence es la actriz número uno de Hollywood, pues recibirá por su interpretación veinte millones de dólares (casi diecisiete millones de euros)más un treinta por ciento de los beneficios una vez que el estudio cubra todos los gastos.
Un acuerdo con tanta sustancia no se veía en la industria del cine desde los noventa, poniendo de relieve el poder que Lawrence ha adquirido entre el público. Pratt deberá conformarse con catorce millones de dólares y la posibilidad de lanzar otra franquicia con su nombre.
La saga será la prueba definitiva para los dos, a quienes se cataloga como «famosos social media», es decir, estrellas conocidas en todo el planeta que lideran las redes y son capaces de llenar salas con su mera presencia (sin vestirse de superhéroe).
Hollywood deja a un lado el negocio de hacer películas con actores protagonistas desechables, intercambiables y fáciles de reemplazar y se apunta a la fiebre de los noventa de apostar por un actor carismático que sea más importante que los personajes que interpreta.
Los efectos especiales y las grandilocuentes secuencias de acción necesarias para el éxito del cine moderno cuestan muchos millones de dólares, tanto que empiezan a no ser rentables porque el público parece cansado. Digamos adiós a los actores desechables que no tienen poder para exigir un gran aumento de sueldo y abracemos de nuevo a las divinidades del celuloide que siempre han liderado la gran pantalla.
Gracias precisamente al éxito masivo de las franquicias, actores como Robert Downey Jr., que ha conseguido en un año 75 millones de dólares por ese siete por ciento que recibe de la taquilla de «Los Vengadores»; o Vin Diesel, productor y protagonista de la saga «Fast and Furious», que reparte dividendos con Universal casi al cincuenta por ciento de los quinientos millones conseguidos por la película, se han convertido en estrellas.
Cuando entrevistamos a Robert Downey Jr. por «Zodiac» era un actor reciclado, recuperado de sus problemas con la droga, bien considerado entre la crítica, pero sin mucho tirón en la taquilla, que no dejaba de mostrar su frustración con la industria: «Lo que realmente quiero es convertirme en el actor mejor pagado de Hollywood, me da igual ser buen actor si nadie va a ver mis películas», decía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario