Vampiros emocionales

Por Heliana Medina


El ser humano no es perfecto. Vivimos en un mundo en el que siempre estamos preocupados por lo que puedan decir o pensar sobre nosotros. Y es por eso, que las acciones y palabras de los demás nos afectan más de lo que imaginamos, tanto para bien como para mal.
 
 Somos seres afectivamente más versátiles, nos rodeamos de personas que únicamente hablando, nos hacen sentir paz interior y nos animan hasta en los peores momentos.
   
Pero ojo, también abundan aquellas que nuestras elecciones nunca son las acertadas y llegamos incluso a sentirnos mal en muchas ocasiones.
   
Estas últimas son los amigos tóxicos, vampiros emocionales, amistades que su contacto nos genera estrés y debemos evitarlas a toda costa.
   
Una personas tóxica es un agente contaminante que no reconoce sus actitudes dañinas, y adopta una forma de vida en la que los demás siempre son culpables de todo.
   
Y ya que intentamos mejorar hasta el aire que respiramos y las sustancias nocivas que ingerimos a través del agua y de los alimentos, también deberíamos preocuparnos por este tipo de vampiros emocionales, eliminar o al menos neutralizarlos para que nuestra ya ajetreada vida sea plena y nuestros objetivos se cumplan.
 
“En psicología el tema del vampirismo emocional está de moda, porque de unos años para acá la amistad y los círculos sociales se han convertido en una segunda familia: “la familia elegida”, a la que damos un valor emocional importante. Y aunque la amistad es un afecto elegido, muchas veces nos relacionamos con personas ante las cuales nos cuesta poner los suficientes límites emocionales sin sentir ansiedad”, comparte Beatriz Álvarez, psicóloga y psicoterapeuta Gestalt.
 
 Mucho cuidado, un vampiro emocional contamina tu entorno, te arrebata la energía, la vitalidad, la ilusión. Tóxico puede ser cualquier persona que, sin darnos cuenta ha rebasado la línea del trato igualitario.

¿Cómo puedo identificarlas?

Muy sencillo. A los vampiros emocionales es muy difícil darles un “NO” como respuesta. Asumen constantemente el rol de víctima, nadie los entiende, nadie los quiere y todo les pasa a ellos. Generalmente, sienten envidia de todo y de todos. Son celosos o compiten con otras amistades tuyas, incluso te ves obligado a ocultar tu aprecio por otros amigos. Absorben tu entorno, se adueñan de tu vida. Se creen capaces de juzgar a los demás, creyéndose con ese poder y no conocen lo que es la empatía, ni se preocupan por conocerla. Normalmente el tóxico tiene pocos amigos, te aleja de tus amistades, se viste de indefenso y llegas a tenerle pena.
   
Es importantísimo detectar estas amistades y alejarse a tiempo, y más aún, evitar que te conviertan a ti en una persona tóxica.
   
Si una relación o amistad te genera estrés, sal corriendo!

Hasta la próxima.