La botella de agua y sus consecuencias

Por: Ross Núñez

Santiago-Me he cruzado con toda la locura “Sonia Mateo” en las redes y la verdad que al principio me pareció un poco gracioso, pero luego empecé a analizar las consecuencias de un comentario a la ligera y muy personal de la senadora.

Ese desahogo de Mateo le afecta directamente a su imagen como legisladora y como política pero no solo se queda ahí, los comentarios de personas “desbocadas” como ella que sueltan todo lo que piensan afecta también a la organización política a la que pertenece.

Y con esto no defiendo a nadie.  A partir de este tipo de expresiones ya deja de ser el asunto personal de la senadora de Dajabón, empieza a ser un tema que los incluye a todos y los mete en el mismo saco, por lo tanto daña la imagen de todos los legisladores que probablemente no estén totalmente de acuerdo con la opinión que ella refleja.

Y si creen que este tipo de desorden para solo ahí entonces verá que se pone más interesante. Al ofrecer esas declaraciones toda la atención de los medios se desvía hacia el  “chiste” y el morbo que trae consigo y por tanto ya pierde interés el trabajo que viene haciendo el gobierno. Además el país no se percató de los bellos murales que ahora embellecen y cambian a Santiago porque estaba todo el mundo buscando agua para Sonia.



Este tipo de noticia opaca todo y con mucha razón. Cuando uno se adentra en la política entiende muchas cosas que los que están afuera no entenderían, como que los políticos de nuestro país para bien o para mal han acostumbrado a los menos favorecidos a resolverle problemas que parecen menores, como recetas, cajas de comida, madera para levantar casas, entre muchas otras cosas y según lo que puedo percibir la senadora probablemente se refiera a que el dinero no le alcanza porque aparte de que los senadores no tienen un presupuesto muy alto para resolver algunos temas en  sus provincias, deben mantenerse en el agrado popular y haciendo esas “obras”. Es así como muchos logran mantener su vigencia.

Lo que Sonia Mateo no pensó es que con un comentario como éste hiere la sensibilidad y el esfuerzo de la mayoría de los dominicanos que reciben un salario mínimo que no le alcanza para tener ni una pequeña parte de las comodidades que ella dice necesitar para quedarse a dormir en la capital.

Sonia Mateo debe recordar que nadie la obligó a ser senadora ni política. Ella se metió a eso porque quiso, por lo tanto no le va bien decir que no es justo que ella tenga que viajar semanal desde Dajabón a hacer su trabajo porque de ante mano ella sabía que es lo que debe hacer cada legislador y si a ella no le gusta y no le alcanza pues entonces debería renunciar a su condición de senadora y dejar que alguien haga el trabajo; interesados hay de sobra.

También debe servirle de aprendizaje toda esta situación porque ser objeto de burla de un país entero no creo que sea muy agradable, además de que el ridículo de la botella de agua es un ejemplo de que no todo lo que pasa por la cabeza y para uno es bueno y valido lo sea para un país con gente que no tiene ni para comer.