De telenovela a la vida real. La mexicana Geraldine Bazán puso el martes “los puntos sobre las íes” al revelar todos los detalles sobre la infidelidad de su exesposo Gabriel Soto con su colega de origen ruso Irina Baeva.
Aunque la historia inició antes, Bazán fichó el 20 de mayo del 2017 como el día que comenzó a intuir una relación extramarital de su entonces esposo Gabriel Soto y su ahora pareja, Baeva.
Esa noche acudió a un teatro de Ciudad México, donde Soto presentaba una obra notó hacia ella, departe de Baeva, “una actitud hostil”, sospechosa, de esas que las mujeres intuyen.
“Tuve que preguntarle al padre de mis hijos si había algo entre ellos porque era muy raro que ella se comportara así conmigo”, contó Bazán en un video de 12 minutos subido en su canal de Youtube.
Después de ese primer incidente, pasó el tiempo y se percató de que Baeva publicaba en redes sociales mensajes subliminales.
“Algo empecé a intuir, las mujeres no nos equivocamos que me llevó nuevamente a hablar con mi marido y preguntarle algo si algo está sucediendo entre esta chica y tú porque o algo pasa o ella está intentando que se piense que algo sucede entre ustedes”, relató.
La respuesta de su marido fue, según ella, que no iba a volver a suceder, confirmándole aún más su sospecha de que había una relación entre ellos.
El 1 de septiembre de 2017 ambos decidieron que Soto abandonara la vivienda que compartían.
Ese día, “decidimos que se fuera de la casa que compartimos como familia porque en ese momento venía una avalancha de rumores de una posible paternidad de otra actriz”.
Luego agregó: “Había cosas complicadas por estos rumores, decidimos que él se fuera de la casa. Decidimos que él se fuera por un tiempo de nuestra casa para poder asentar los pensamientos y los rumores dejaran de estar en el fuego”.
Sin embargo, los comentarios de Baeva no paraban, según Bazán. A esto se sumó que ella posteó una imagen en las redes sociales y en el fondo se veía la maleta de Soto.
“Fui ahí donde realmente vino el quiebre y me di cuenta de que esta situación tenía una intención de que yo me enterara y obviamente lastimar”, expresó Bazán.
Ante la realidad aún por confirmar, ella insistió con su marido en saber si estaba enredado con su colega.
“‘Es solo un consuelo, la veo de vez en cuando”, fue supuestamente la respuesta de Soto y fue ese día que decidió divorciarse porque “me sentí burlada”.
listindiario.com
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