Por Magdalena Tsanis
Veinticinco años después de “Dos policías rebeldes”, Will Smith regresa, junto a Martin Lawrence, al personaje con que empezó a despuntar en el cine, el detective Mike Lowery, en la tercera secuela de este filme de acción, “Bad boys for life”, que se estrena el 17 de enero y que hoy presentaron juntos en Madrid.
Aunque ya era muy popular gracias a la serie de televisión “El príncipe de Bel Air”, fue con este trabajo con el que Smith inauguró una serie de taquillazos cinematográficos que lo convirtieron, a finales de los 90, en el chico de oro de Hollywood.
Títulos como “Men in Black” (1997), “Independance Day” (1996) o “Enemigo público” (1998) que representan otra era del cine previo a las plataformas y que Smith pugna por mantener vivo.
El actor, que ya ha cumplido 51 años, confía en haber cambiado para bien en todo este tiempo: “Me siento un poco más sabio, un poco más calmado y desde luego presto más atención a las cosas que me rodean que hace 25 años, antes iba como un caballo con orejeras, estaba ciego a muchas cosas y creo que eso lo he corregido”, aseguró a Efe.
Michael Bay, que dirigió tanto la primera como la segunda entrega de la saga, estrenada en 2003, cede el mando en esta ocasión a la pareja formada por Adil El Arbi y Bilall Fallah, cineastas belgas de origen marroquí que tratan de mantenerse fieles al estilo del director de “Armageddon” o “Transformers” quien, por cierto, hace un pequeño ‘cameo’ en el filme.
De alguna manera la película deja en evidencia la crisis de la mediana edad. Los detectives Mike y Markus se plantean el retiro, aunque el segundo está más convencido: “Intento salirme de todo eso pero no quiero dejar a mi socio en el camino”, resumió Lawrence
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