Brent Scowcroft, consejero de Seguridad Nacional con los presidentes Gerald Ford (1974-1977) y George Bush (1989-1993) y quien fuera una voz influyente en Washington durante cuatro décadas, falleció este jueves a los 95 años.
Su muerte, que se registró en su casa de la localidad de Falls Church (Maryland), cercana a Washington, fue anunciada este viernes por el portavoz de su familia, Jim McGrath, que no especificó las causas.
La influencia de su figura es tal, que hablar de la trayectoria profesional de Scowcroft es casi tanto como repasar la historia estadounidense y la mundial de la segunda mitad del siglo XX.
Scowcroft, que antes de entrar a formar parte del Gobierno había hecho carrera en el Ejército, donde llegó al grado de general, nació en Ogden (Utah) el 19 de marzo de 1925 en el seno de una familia mormona, lo que pudo influir en su carácter sobrio, abstemio, discreto y poco dado a alardes públicos.
De hecho, su figura contrasta con las de otros personajes de entonces como Alexander Haig, a quien reemplazó en 1973 como consejero de seguridad nacional adjunto, o Henry Kissinger, a quien sucedió como asesor de seguridad nacional dos años después.
Estratega especializado en armas nucleares y sistemas de misiles, diplomático, lingüista especializado en lenguas eslavas y estudioso de la política internacional, Scowcroft evitaba en lo posible la atención de los periodistas y los focos de las televisiones.
En 1947 se licenció en la Academia Militar de West Point e inició su carrera profesional en el Ejército como piloto aéreo, pero un accidente en el que resultó gravemente herido le llevó a optar por una actividad más académica, convirtiéndose en un prestigioso intelectual militar que acabó por ser consejero de siete Gobiernos.
En 1953, mientras trabajaba como administrador en la Fuerza Aérea, obtuvo una maestría en Relaciones Internacionales por la Universidad de Columbia, y cuatro años después se doctoró en esa misma especialidad en dicho centro.
A mediados de la década de 1950 impartió en West Point clases de historia de Rusia, un país cuya lengua dominaba, y en los 60 enseñó Ciencias Políticas en la Academia de la Fuerza Aérea.
Tras su rápido ascenso en el Pentágono, en 1971 fue nombrado asesor militar del presidente Richard Nixon (1969-1974), a quien en 1972 acompañó en su trascendental viaje a China, que fraguó el acercamiento al gigante comunista liderado entonces por Zhou Enlai, después de décadas de aislamiento.
También se le considera uno de los negociadores claves en la preparación de la histórica visita que Nixon llevó a cabo a la Unión Soviética de Leonidas Brezhnev en mayo de 1972.
Fue allí donde se firmaron los primeros tratados contra la proliferación y para el control de armas nucleares, específicamente el Tratado de Misiles Anti-Balísticos (ABM) y el Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT I).
El militar acabaría convirtiéndose en uno de los mayores expertos en estrategia nuclear en Estados Unidos, sentando también las bases del tratado de limitación de armas estratégicas firmado en 1979 por el presidente Jimmy Carter (1977-1981) con la Unión Soviética y los sistemas de misiles MX de Ronald Reagan (1981-1989).
Anteriormente, tras la caída de Nixon por el escándalo Watergate, Scowcroft fue el encargado de supervisar la evacuación de ciudadanos estadounidenses y sus familiares de Saigón cuando el presidente Gerald Ford dio por concluida la guerra de Vietnam en 1975.
En 1973 Henry Kissinger le había elegido como asesor adjunto para asuntos de seguridad nacional, puesto desde el que todas las mañanas informaba a Nixon de las novedades político-militares.
Su nombramiento como consejero de Seguridad Nacional fue con Gerald Ford, en 1975, y en la Administración de Carter participó en la negociación del tratado SALT II, firmado en 1979.
Tras dejar el Gobierno y trabajar durante algún tiempo en la consultora en temas internacionales de Kissinger, en 1983 Scowcroft viajó a la Unión Soviética para entregar un mensaje personal del entonces presidente Ronald Reagan (1981-1989) al secretario general del Partido Comunista Konstantin Chernenko, pero éste no accedió a verle.
A finales de 1988, George Bush (padre) lo volvió a llevar al frente del Consejo de Seguridad Nacional, puesto que desempeñó hasta la llegada de Bill Clinton a la Casa Blanca.
Sus posturas de republicano moderado le llevaron a recibir en algunos momentos de su carrera duras críticas del ala más conservadora del partido, sobre todo en lo que se refería a los acuerdos de control de armas nucleares.
Fuente: EFE
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