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17 dic 2020

“¡No quedará ningún bar en RD!”, advierten dueños de bares de la Ciudad Colonial



La Asociación de Bares de la Zona Colonial (Abzocol) informa que han reducido el personal y temen perder la inversión
Diario Libre - SANTO DOMINGO

El bar-restaurant El Sartén. (Fuente externa)
Los miembros de la Asociación de Bares de la Zona Colonial (Abzocol) temen irse completamente a la quiebra por la situación del coronavirus en el país.

Con el título “El momento es ahora”, la misiva enviada a Diario Libre detalla las calamidades que están pasando los dueños de lugares de esparcimiento en la Ciudad Colonial, debido a que, aunque han abierto, las nuevas medidas contra el COVID-19 los limita aún más.

El Gobierno anunció que el nuevo horario del toque de queda será todos los días de 7:00 de la noche a 5:00 de la madrugada, según el artículo 8 del decreto 698-20.


“Tenemos ya nueve meses aguantando estoicamente, obedientes, tranquilos, pacientes, receptivos, acatando cada medida sanitaria aún en medio de la incertidumbre y sin saber que ocurrirá con nuestra inversión y con nuestro futuro económico”, indica la información.


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Fue a partir del 1 de octubre que la mayoría de bares, incluyendo Sabina Bar, Caciba y El Sartén, reabrieron sus puertas con el debido protocolo.

A continuación, la carta íntegra:

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El momento es ahora
“Nosotros, que somos personas trabajadoras, que no estamos demandando al gobierno nacional nada, más allá del simple hecho que se nos permita trabajar para poder sobrevivir dignamente y poder cumplir con las múltiples obligaciones y pagos que tenemos, así como el de mantener una fuente de empleo para los empleados a los que hasta este momento se lo garantizamos y que también necesitan llevar el pan a sus hogares.

Nosotros, que vemos tranquilos y en silencio como se desmorona todo nuestro trabajo, sudor, esfuerzo, capital, energía, sacrificios y hasta salud (porque quien trabaja de noche perjudica su salud al trastocarse su reloj biológico) vemos tranquilos cómo se derrumba -por imposiciones estatales basadas más en medidas populistas e irracionales que en hechos estadísticos- todo nuestro esfuerzo levantado con mucho sudor durante meses, años, y en algunos casos hasta décadas.

Sabemos muy bien que un hecho histórico universal nos ha impactado a todos y que este año demandaba un sacrificio y una austeridad, pero ese sacrificio y esa austeridad no la puede cargar exclusivamente un sector, cuando vemos que en tantos otros sigue feliz el dispendio y el derroche de recursos. No puede ser que se le pida prácticamente el cierre total a un sector, mientras otros pueden operar libremente. No puede ser que se nos envíe a la quiebra, sin antes reducir salarios y disminuir privilegios.

Nosotros no fuimos beneficiados con las ayudas del gobierno. Tenemos ya 9 meses aguantando estoicamente, obedientes, tranquilos, pacientes, receptivos, acatando cada medida sanitaria, aún en medio de la incertidumbre y sin saber que ocurrirá con nuestra inversión y con nuestro futuro económico. Resulta muy fácil ordenarte desde posiciones cimeras del Estado: “No puedes abrir en las horas de la noche” justamente en las horas que la naturaleza de tu negocio vende, pero nadie te pregunta: “¿De que vivirás? ¿De qué comerás tú y tus hijos? ¿Cómo pagarás su colegio? ¿Cómo pagarás los alquileres, facturas de luz,....

Nos obligan ahora a despidos masivos, a reducción drástica de los costos, y si lo permitimos, al cierre total. No tengan duda de eso, porque si esta situación se mantiene, sabemos perfectamente que el resultado final será el cierre de nuestros bares.

No somos personas de pedir, pero si me piden cerrar las puertas o me prohíben operar en las horas que lo hago (qué para los efectos es lo mismo) ¿quién entonces me indemnizará, o me hará llegar los recursos para hacer frente a todos los pagos que se derivan incluso de las operaciones del negocio? ¿Nadie? Entonces estamos jugando un juego muy injusto.

Si por miedo, o por no decir estas cosas que nosotros bien sabemos estamos padeciendo, nos quedamos callados, y no actuamos ahora, nos haremos cómplices de este estado de cosas que atenta directamente contra nuestro medio de sustento. En algunos casos, el único medio de ganarnos honradamente la vida.

El momento es ahora, porque mañana será tarde, y si no hacemos algo ahora, sí no levantamos nuestra voz para que nos escuchen y se nos busque una solución, simple y sencillamente

¡No quedará ningún bar en RD!”


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