OKLAHOMA CITY — En una noche histórica para el baloncesto, los Oklahoma City Thunder se consagraron campeones de la NBA por primera vez desde su llegada a la ciudad, tras imponerse con autoridad 103-91 a los Indiana Pacers en el Juego 7 de las Finales disputado este domingo.
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El partido, que prometía un duelo estelar entre Shai Gilgeous-Alexander y Tyrese Haliburton, cambió radicalmente de tono tras la lesión del armador de Indiana cuando restaban 4:55 minutos del primer cuarto. Haliburton, quien ya arrastraba molestias en la pantorrilla derecha, cayó al suelo con claros signos de dolor y tuvo que ser retirado con ayuda, dejando a su equipo sin su principal referente ofensivo.
A pesar del golpe anímico, los Pacers se mantuvieron competitivos durante la primera mitad. Sin embargo, el quiebre definitivo llegó en el tercer cuarto, cuando los Thunder impusieron un parcial de 34-20, que fue determinante para sellar su coronación.
La franquicia de Oklahoma logra así su primer campeonato bajo este nombre, ya que el único título previo se remonta a 1979, cuando el equipo era conocido como los Seattle Supersonics. Con esta victoria, los Thunder se consolidan como una de las organizaciones jóvenes más exitosas de la NBA en los últimos años.
Por su parte, los Pacers deberán seguir esperando para conquistar su primer anillo de la NBA, en lo que ha sido una campaña destacada, pero que termina con un trago amargo marcado por la baja de su líder en el momento más crucial.
La figura del partido fue, sin discusión, Shai Gilgeous-Alexander, quien lideró a su equipo con temple y determinación, demostrando por qué ha sido una de las grandes revelaciones de la temporada.
La lesión de Haliburton y el triunfo de Oklahoma quedarán como los grandes titulares de una serie intensa, que cerró con drama, emoción y gloria para la ciudad del trueno.
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