Santo Domingo, Rep. Dom. – El programa Migrantes , conducido por la periodista Millizen Uribe y producido por Gelen Gil, dedicó su más reciente episodio al legado sirio, libanés y palestino en la República Dominicana, llevando a la audiencia por un recorrido generacional sobre estas familias y su incidencia en la historia, la economía y la cultura nacional.
Una comunidad marcada por trabajo, resiliencia y espíritu emprendedor.
En esta entrega sobre la migración sirio-palestina-libanesa al país se abordan la cultura, la historia y los aportes de esta comunidad, donde sobresalen el trabajo, la honestidad y el empuje emprendedor.
A través de documentos históricos, testimonios y relatos familiares que se convierten en memoria viva, Migrantes muestra cómo estas personas se integraron a un pueblo que les acogió, preservando su identidad mientras contribuían al desarrollo local.
Huían de la precariedad económica, de la persecución política del Imperio otomano y de la represión religiosa.
“La migración fue provocada porque las familias no querían enviar a sus hijos a pelear por una causa que desconocían, por lo cual decidieron mandarlos a América”, explicó el comunicador y médico dominicano de raíces libanesas, Julio Hazim.
· Aportes determinantes al desarrollo económico, social y cultural.
Desde su llegada a finales del siglo XIX y durante el siglo XX, los también llamados “árabes” tuvieron notable incidencia en sectores como el comercio, el emprendimiento, la vida social, la medicina y la filantropía.
El presidente del Club Libanés Sirio y Palestino, José Yamil Attias, afirmó que este desplazamiento “trajo a República Dominicana una migración positiva”, recordando que las principales industrias del país, así como figuras políticas y empresariales, descienden de sirios, libaneses o palestinos.
· Una narrativa respetuosa sobre identidad, integración y diversidad.
Con un enfoque periodístico y una narrativa respetuosa, Millizen Uribe, conductora del programa, traslada a la audiencia a través de historias que muestran la riqueza que aporta la diversidad y la singularidad de cada cultura.
“De manera particular, este episodio rescata las vivencias de descendientes árabes, poniendo en valor sus tradiciones y su esfuerzo de integración”, señaló Uribe, también coproductora del espacio.
· Memorias familiares que conectan orígenes, identidad y país.
La serie documental recoge historias profundamente humanas, cargadas de recuerdos, reencuentros y esperanza. Entre ellas, la del embajador dominicano en Turquía, Elviz Alam, quien relató cómo la inquietud por conocer sus raíces lo llevó, en 1997, a viajar al Líbano para reencontrarse con su identidad familiar y ponerle rostro e historia a relatos que hasta entonces vivían solo en su memoria.
· Herencia cultural y gastronómica que perdura.




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