Empleados dominicanos de supermercados en Nueva York mueren por coronavirus

Por Miguel Cruz Tejada

EL NUEVO DIARIO, NUEVA YORK.- Varios empleados dominicanos de supermercados en el Alto Manhattan y El Bronx, han muerto en los últimos días por contagio del coronavirus (COVID-19).

Aunque la mayoría de los supermercados solo están aceptando clientes en grupos de a 20 y con  la distancia social de seis pies entre unos y otros, los contagios de COVID-19 no se han podido evitar.


Propietarios de docenas de esos negocios ubicados en los diferentes condados de la ciudad, explicaron que además de respetar las reglas, los locales son higienizados cada vez que un cliente hace sus compras, y también se desinfectan todas las áreas.

“No sabemos cómo o dónde se contagiaron los empleados que han muerto, porque como el COVID-19 brota a los 14 días en los afectados, es muy difícil establecerlo”, dijo uno de los dueños, propietario de 14 supermercados que pidió anonimato.

En el caso del supermercado Associated en El Bronx, los empleados que siguen activos y sus familiares, están pidiendo a la ciudad que supervise el cumplimiento de las reglas y se haga un operativo de desinfectación general en todas las áreas del local.

Ese supermercado, es uno de los más concurridos por clientes dominicanos en El Bronx.

Además de las muertes de los empleados de los supermercados, este miércoles, se confirmaron las muertes de otros cinco dominicanos, dos de ellos identificados como la señora Ana Arnaud Tejada, de 90 años de edad y quien murió en el hospital Saint Luke´s en Manhattan, donde fue ingresada el domingo último cuando llegó grave a la emergencia.

También se registró el fallecimiento del señor Rafael Peña Castillo, de 96 años de edad y padre de un dirigente del Círculo de Locutores Dominicanos, filial de Nueva Jersey, quien expiró en su casa y sufría de varias complicaciones.

Se cree que los dominicanos muertos sobrepasan los 50, aunque en las estadísticas oficiales los difuntos no se identifican por sus nacionalidades y quienes mueren en sus hogares, no son incluidos en el conteo oficial diario de las autoridades.