El coronavirus acelera la crisis en la que estaba inmersa la cadena que emplea a más de 90,000 trabajadores en Estados Unidos
JCPenney solicitó el viernes por la tarde la bancarrota. La cadena comercial, que emplea a 90,000 personas en todo el país, venía arrastrando problemas de caída de ventas y deuda desde hace años y el coronavirus no le ha dado margen para evitar acudir ante el juez.
La empresa con, sede en Texas, ya tuvo que usar el periodo de gracia para pagar una deuda que le vencía a mediados de abril. Aunque ha ido haciendo algunos pagos los compromisos en este sentido han obligado a optar por esta vía de reestructuración de la deuda.
JCPenney opera desde 1902, pero lleva años con rebajas de ingresos por ventas lo que ha complicado su situación financiera. El crecimiento y competencia de las ventas por Internet no ha ayudado a una empresa que es casi ubicua en centros comerciales y centros de ciudad.
La empresa emergerá de este proceso de reestructuración con un menor tamaño y menores costos. De momento no se ha anunciado cuántas de sus 846 tiendas cerrarán ni cuántos empleados perderán sus puestos de trabajo a resulta del plan necesario para reducir las deudas y sus costos.
La histórica caída de ventas debido a la pandemia ha hecho víctimas a las empresas con las finanzas más débiles y JCPenney está entre ellas. Pero no es la única. Neiman Marcus también ha tenido que solicitar la protección ante acreedores. como también lo hizo J. Crew. El paisaje de las ventas al por menor está cambiando radicalmente.
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