2020 sigue imponiendo récords funestos en Nueva York, reviviendo infortunios no vistos en décadas o nunca: alta mortalidad, pandemia, cierre del Metro y ahora un toque de queda.
Desde agosto de 1943, hace casi 77 años, la ciudad no veía una situación como la decretada este lunes y de momento vigente hasta el domingo 7 de junio.
Y aunque estos saqueos de 2020 ya tienen poco ver con la protesta legítima por la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco, llama la atención que el caos en 1943 también tuvo un origen racial. Pero sólo se mantuvo en una zona, Harlem, a diferencia del actual, que aplica a toda la ciudad.
El entonces alcalde “Republicano progresista” Fiorello LaGuardia -quien a la larga sería una leyenda en la historia de la ciudad- impuso un toque de queda de emergencia después de los disturbios desatados en Harlem cuando un policía blanco le disparó a un soldado negro.
Aunque ese soldado no murió, cinco personas sí fallecieron durante las protestas subsiguientes. Además, hubo 500 heridos y una pérdida estimada de $5 millones de dólares en daños a la propiedad.
La sangrienta revuelta de Harlem comenzó el 1 de agosto de 1943. “Los combates, disparos y saqueos generalizados de ese domingo por la noche se desencadenaron cuando un soldado negro recibió un disparo en el hombro por un policía”, recordó The New York Times.
Aunque los disturbios se extendieron por toda la parte occidental de Harlem, se centraron cerca de la comisaría de la calle 123, donde fueron detenidas más de 100 personas por saqueo y vandalismo.
Durante los días posteriores a los disturbios, 6 mil policías de la ciudad patrullaron las calles de Harlem. Además, 1,500 voluntarios civiles, la mayoría de ellos negros, estuvieron armados con bastones; y 8 mil miembros de la Guardia Nacional del estado Nueva York permanecieron acuartelados.
El toque de queda duró cuatro noches, en el cuadrante entre las calles 110 y 155 y las avenidas 5ta y St. Nicholas.
Antes del motín de 1943, el más grave de Harlem tuvo lugar el 19 de marzo de 1935. Una persona fue asesinada y 100 fueron heridas en una pelea que estalló después de que circularan informes de que un adolescente de 16 años, atrapado robando una navaja, había sido brutalmente golpeado por la policía. Hordas salieron a las calles y arrojaron piedras a policías y escaparates.
Más tarde, en 1945 Nueva York también tuvo un toque de queda, pero no obedecía a disturbios ni fue una orden local, sino nacional, que afectaba a los “lugares de diversión pública”, como medida de conservación del combustible.
En muchas más ocasiones la indomable Nueva York se ha rebelado en las calles. Por ejemplo, en junio de 1969 hubo una revuelta legendaria en Greenwich Village, conocida como el levantamiento “Stonewall”, hoy una referencia mundial en los derechos de la diversidad sexual. Pero no hubo toque de queda, como sí en los años cuarenta, en plena 2da Guerra Mundial.
Hoy, más de siete décadas después, Nueva York está de nuevo bajo un toque de queda y además sufriendo una pandemia y bajo una reforma penal que ha liberado a miles de presos y sospechosos.
Esa flamable combinación predice mayor desempleo, recesión y tensiones sociales. Y además, es año electoral. Más dramatismo, imposible.
@eldiarion
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